martes, 18 de febrero de 2014

Pequeño testamento

- Escribe en mi lápida este epitafio, que por mucho correr jamás he evitado que me alcance. Así al menos habré aprendido, aunque sea tarde. Así al menos habré aprendido, aunque no vaya a servirme.
Y me voy, me voy al infinito con esta norma en la frente, para compartir y ser compartido, para por fin ser querido y, por qué no, querer.
Para no volver, y que mi vista no tenga más donde caer muerta que hacia el frente, hacia el llegar a ser. Y no negarle a mi ya corta vida el juramento de alcanzar algún sueño, de esos del más allá de nuestro cuerpo, de los sentidos y los besos prohibidos con peligro.
Llegaré a vivir justo cuando ya esté muerto, y a sentir desprendiéndose mi alma de todo esto, tan bellamente imperfecto...

... Escribe en mi lápida que una promesa real y verdadera es aquella que jamás se promete, y vive. Vive sabiendo que el silencio esconde más que mensajes y la mirada más que detalles...

viernes, 14 de febrero de 2014

" La mar, el mar "

Por fin, colocó el último ladrillo de su obra. Alzó su vista y observó su propia creación, emocionado y cargado de ilusión.
Tanto tiempo buscando su estructura, su forma y la arquitectura más adecuada dio al fin sus frutos: su fantasía estaba finalizada.

Vaya sonrisa, vaya mirada. Vaya vida que se alegraba de sus logros, vaya pasitos que se convirtieron en largas zancadas. Su talento hecho oro, ya fuera en prosa o en verso, de medida alejandrina o repartido en cuartetos. Ya fueron viva imagen de su más pura esperanza, fuerza imparable, un guiño que se clavaba en el destino como una lanza. Su mejor escudo y también mejor arma...

Vaya felicidad, arquitecto de palabras.

Y en este mundo de silencios se construyen monumentos líricos y poéticos que con su luz son faros para marineros inexpertos. Para que la mar no los lleve al mar... Para no acabar con un corazón muerto y amargos besos...

Para no terminar dejando de ser arquitectos y destruyendo sus obras por ese amor que quiso y no pudo ser perfecto.

lunes, 10 de febrero de 2014

Dulzura

Dulce. Dulce es la brisa y respirar. La libertad de ser preso de dulzura, la pura verdad de una vida arrebatada en aparente cordura.

Dulce es el amor que viene y va. Que pinta de rojo acuarela y lluvia, disueltos en dulces deseos, espuma de un mar sin dueño.

Dulce es la mirada por ser escudo de la sinceridad. Porque el silencio acompaña entre versos, versos de mirar puro y perfecto.

Pues casi todo en la vida es dulce. Todo, menos los besos que no se dan, menos el amor que ama la guerra y el recelo. Todo, menos una traición con forma de puñal, y vivir mentiras detrás de velos.
Y es que la dulzura deja paso a la amargura con tanta facilidad. Y es que la amargura es del llanto su hogar.

¿Y qué somos sino gotas de esta incesante lluvia? ¿Qué valemos si no damos nada a valorar?

...

He aprendido tarde a valorar lo único que se me ha dado de regalo...

... Solo la que se vive con respeto por la belleza, atención a cada sonrisa, sin detenerse y con profunda locura...

... Solo esa es la eterna vida de dulzura.

viernes, 7 de febrero de 2014

Amores que matan

Adelante.

Destrózame a sonrisas que luego se perderán.
Utiliza cada promesa para atarme contra la pared más y más.
Dame susurros que luego se convertirán en suaves arañazos.
Dame alegrías que me acerquen a yacer decepcionado.

Convierte mi vida en tu mundo al menos hasta que dejes de estar aburrida.
Haz de mi rutina una bella progresión de atención hacia ti misma.
Enséñame esa libertad tan ansiada estando encarcelado.
Clava en mí tu santa mirada, el perfecto engaño de un corazón helado.

Adelante, estoy enamorado.

jueves, 6 de febrero de 2014

Odio y serenidad

Extravagante serenidad la mía, que lejos de ser pausada en repetidos silencios te grita esta misiva...

Me enamoraste en un portal de rosas y te perdí en la primera esquina. Y te busco, te busco, en cada rincón y cada cornisa.

Por si muero sin decir que te quiero... y no quiero esperar otra vida. Por si mi amor desaparece de todo esto, y se convierten en eternidades estos días.

Y es que vivo maldito en un sueño del que cada noche despierto, y muero por ser objeto y desecho de tu dichosa criba...

Odio ser esto y tus "te amo" sin versos, odio ver mis versos envenenados y ver solo tus deseos...

Odio sentir odio porque el odio se odia a si mismo, me hace odiarme y odiarte por todo lo que has destrozado mi destino.

Y si ahora tienes la decencia de mirarme arraigado a este oscuro sino, quiero que sepas lo que siento:

" No es viento lo que se te cruza sino mi voluntad huyendo. No fue tu mágico amor que me hizo estar vivo, sino tus caprichos, que me hicieron en cuerpo y alma cautivo. "

miércoles, 5 de febrero de 2014

Eterna carrera

Lo tenía todo preparado: la ropa en su bolsa, la montura bien atada y su fiel corcel a punto y bien alimentado.
Miró al sol y dejó escapar una leve sonrisa,  mientras acomodaba su sombrero con rapidez. Era el momento adecuado.

Ser armó no sólo de sus pertenencias sino de su más profundo valor, y susurró a su compañero equino que todo iba a salir bien y con el jinete a punto salieron al viaje.
Él soñaba con el sol, con ese calor y su majestuosidad. Vivía para perseguirlo y acabar su vida tan alto como su caluroso mentor. Amaba el fuego y la pasión, y su amor era loco y desquiciado como él mismo.

Su caballo galopaba a más no poder, haciendo polvo el camino y con una energía que bien no podía salir casi del mundo real. Jinete y corcel enlazados por el mismo deseo, la misma fuerza... Y nunca se rindieron.
El sol ante ellos corría y corría, siempre hacia el horizonte, tanto y tan veloz que la carrera se les hacía más y más difícil. El jinete gritaba para alcanzar más velocidad porque el sol se les escapaba.

Mágicamente el sol parecía no huir más, el galope era excesivo, el mundo casi desvanecido, la voluntad los alimentaba y no había nada que pudiera con ella... nada... hasta ese fatídico momento.

Silencio, impotencia perpleja... Cansancio y sobretodo angustia... El océano se extendía ante ellos. El jinete agachó la mirada, y bajó de su montura para arrodillarse en la orilla.

"Viejo amigo... Lo hemos intentado lo mejor que hemos podido... Dándolo todo, y parecía que lo teníamos ya con nosotros,  ¿eh?"

Y solo el silencio acompañó al sol, que finalmente se escapó, perdiéndose en el horizonte...

lunes, 3 de febrero de 2014

Vodka

¿Su mejor amigo? El vodka.

Lo sacudía con esmero y admiraba en aquel vaso la profundidad de su vida. Su alma, tan blues como aquella guitarra que sonaba desde el pequeño escenario, y su brillo... ausente, como el sentido, la gente, el aire y el sonido de ambiente en su corazón sumido.

Estaba harto, mientras pedía otro trago.

"Malditas palabras que ni salen, que huyen despavoridas y cobardes, tan rápido y lejos como ella misma. Tan alejado queda todo, y tan cortos mis brazos, tan impotente y tan desesperado. Tan cansado... que este es el fin... dame otro trago"

Y más fuerte golpeó el vaso en el mostrador de madera.

"¿Por qué? Si amo el sonido, si soy súbdito de su idioma sin palabras, si siento cuando oigo y subo al cielo... ¿Por qué, de todos los ángeles, el lobo disfrazado eres tú?... ¿Por qué, de todas las musas en música, me elige el blues?"

Y en aquel oscuro rincón de la baja ciudad pudo quedarse por horas y horas, días... Y tal vez semanas. Porque, ¿a dónde ir cuando el único hogar que se construye acaba destruido? Quedó tan vacío que solo el alcohol pudo llenarlo...

Vagabundo de amor, esclavo del alcohol. Olvidó tanto que también olvidó la vida.

¿Su mejor amigo? El vodka. El único que lo acompañó hasta la muerte.