martes, 11 de noviembre de 2014

Escribir sobre nostalgia

Me has pedido que escriba.
De ti, de tu mirada, tal vez de lo mucho que te amaba. Tal vez de un camino, un paraíso en llamas, un sueño lúcido del que no te levantas. Me has pedido que escriba lo que en otras palabras grito cada instante. Me has pedido que me controle, y no se verme a mi mismo y quedar tan distante. Porque existe mucha más distancia entre mis yo, todos ellos, que la que existe entre tu "te" y tu "quiero". Y a la vez todo arde en odio, a la vez todos me abruman cuando parpadeo.

Sin saber que ser yo jamás es ser yo mismo, me has pedido escribir. Pues esto es decepción, es el silencio transcrito en cada segundo de cada minuto en el que deseo volver al punto en el que te conocí y golpearlo para que todo ahora sea distinto. Esto es mí mismo soñando con un futuro mejor y escribiendo los relatos de un destartalado amor de fogonazo.
Me has pedido escribir y es como pedirme que sangre. Es como dejar escapar entre mis dedos la sinceridad del momento, y plasmar, plasmar la muerte escrita sobre un lienzo.

No hay amor que quede vivo en el silencio de este lápiz escribiendo. Tal como lo que siento al mirarte de nuevo, al mirar tus ojos negros. No hay presente, solo un pasillo estrecho hacia un pasado de ensueño. No hay veranos para despreocuparse; ni como el que me sirvió para conocerte, ningún invierno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario