"Ser bueno no me va a quitar el frio en invierno. No va a darme el empujón que necesito, ni va a servir de ánimo cuando me hunda.
Ser bueno me da la ilusión de esperar lo mismo que ofrecí. Me da esperanzas, algo para creer, pero no me da el hecho.
Y así, en pocas palabras, ser bueno vuelve a convertirse en una inversión sin futuro, porque ni siquiera hablo de un provecho a mi antojo. Hablo de mi mismo, perdido en la helada ausencia de motivos.
Hablo de que, cuando muera, el cementerio estará lleno de tumbas repletas de momentos, recuerdos, sueños cumplidos... Y la diferencia conmigo es que mi tumba va a estar vacía de todo: solo yo, yo solo."
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