miércoles, 11 de junio de 2014

Juicio de propósitos.

- ¿Crees que servirá? Es inestable e impredecible.

- Lo es, pero contiene dolor. Y el dolor es la fuente de su poder, y de nuestro control. Podemos darle un propósito, podemos crear un futuro para su odio. Podemos extraer su fuerza y orientarla contra lo que se oponga a nosotros. Porque él, muy profundo en su interior, está perdido...
Solo míralo. Su mirada apenas se sostiene firme, su cuerpo no conoce posición confortable. Su mente le atormenta y se hunde en su agonía. Nosotros vamos a darle un objetivo. Vamos a enseñarle a concentrar su poder, y vamos a ponerle delante todo lo que le ha destrozado... para que él mismo descubra quién es.

- ¿Y si se niega? ¿Y si prefiere dejar de odiar? Está perdido, pero yo lo he conocido muy bien en el pasado, y jamás se habría pensado que él llegaría a tal punto de violencia y maldad. Ha recibido muchísimo odio, ha sentido el dolor de la pérdida, ha padecido el abandono y la soledad y ha sido fiel compañero del olvido. Sé que es nuestro hombre, pero no estoy seguro de si responderá como requiere la compañía. Si tanto dolor le ha causado el pasado, ¿de qué sirve a una persona noble devolverlo sin razón, motivo o excusa aparente?

- No quieras imaginar lo que el futuro nos depara si su poder no nace en su odio para emerger de su nobleza. La profecía tiene dos caminos que se separan en este mismo momento, y al final de cada camino las víctimas son muy distintas. La compañía espera los mejores resultados por parte de nosotros, y si fallamos...

- Lo se. Déjame hablar con él.

Las puertas de la celda se abrieron y con paso firme el agente de adentró en la estancia. El prisionero lo miró, realmente asombrado:

- No puedo creer que de todo el mundo tengas que estar tú aquí. He perdido a muchísimas personas... pero tú eras el último que esperaba que se marchase.

- No me he marchado. Quiero ayudarte, es decir, queremos ayudarte. La compañía quiere devolverte tu vida con garantías. Volverás a tu antigua vida, y tendrás todas las posibilidades y medios posibles para tomar venganza de todas esas personas que alguna vez te han herido y robado un pedazo de ti.

- No debería estar encerrado aquí para aceptar o no una oferta de vida. Además, ¿acaso sirve de algo? Esas personas me han herido, muy muy profundamente, pero... ¿no es eso lo que las personas hacen? ¿Acaso somos perfectos? Asumí el daño que me hicieron porque acepto los riesgos de ser una persona humana. Yo también soy un ser humano. Sufro y me derrumbo, para después levantarme. No quiero venganza, ni castigos. No quiero propuestas llenas de más dolor, ni esta moral a medio construir que me pones en bandeja. No sabes nada del lado que has elegido en esta batalla...

- Pero... tú eres el elegido por la profecía. Tu poder... cambiará el mundo y decidirá nuestro futuro. La compañía sabe eso, y quiere ayudarte a controlarlo.

- ... Antes de que te des cuenta estarás encerrado en esta celda con tu compañera, la que nos observa tras el cristal. La compañía no va a apropiarse de mi poder aprovechando mi dolor. La respuesta no es venganza, la respuesta es ejemplo. Ejemplo de cómo deberían ser las cosas para que el dolor que sufro no se reproduzca y se propague. Ejemplo para no convertirme en lo que tanto deseo erradicar. Tu, la compañía... No comprendéis lo que significa la palabra "amor" en este mundo, y la profunda necesidad de que esa sea nuestra gasolina y la del planeta... Se acabó. Se acabaron vuestros planes. Si me dejé atrapar es para tener esta última conversación, y justificar todo lo que voy a hacer a continuación...

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