sábado, 19 de abril de 2014

Cuestión de ángeles.

Cómo tienen que ser tus palabras que con ellas puedes acariciar mi alma... Cómo de este arrepentimiento tu voz me calma y la luz de tu mirada me salva. ¿Cómo, ángel de la guarda...?

Cómo tenerme arrodillado y arrepentido de pecados, y tus manos me levantan, calmado me hayan y mi sonrisa libera por fin sus alas. He respirado vida tras haber sido derrotado, he alzado un vuelo que jamás habría imaginado.

No merezco más que el despecho y el desprecio, el olvido más desgarrado... Pero tú apareces para ser mi motivo, mi viento en el océano, mi isla paraíso para este náufrago fugitivo.
Eres nada de lo que arrepentirse y todo por lo que estar orgulloso... Que aunque me hundan las lágrimas, entre sollozos hayo mi sonrisa y mi alegría de la vida: ser yo, ser para ti... ser nosotros.

1 comentario:

  1. Me alegro que x fin escribas cosas alegres y te salgan igual de bonitas o muchisimo mejores . Eres increible

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