viernes, 31 de enero de 2014

Carta de deseos

Alcanzó la cima de aquella colina en la que tanto pensaba una vez entrada la noche. Sus pasos, ajetreados y acelerados, rompían con el suave silencio de la naturaleza, y le otorgaban a la misma un pequeño toque de nervios y estrés. Estaba llegando a su cita.

Al toparse con el punto más elevado sonrió. Estaba allí, la estaba viendo, la estaba percibiendo y estaba junto a ella. Se sentó haciendo un pequeño hueco en la hierba con las manos y miró sonriente hacia todo aquello con lo que había soñado y que tanto había deseado.

Ya no importaba el frío, el extremo silencio que reinaba, alguna que otra nube en el cielo o que ni siquiera era luna llena. No importaba el bullicio ni los problemas, que se hacían minúsculos con su presencia en aquel pequeño rincón de la naturaleza... y de su vida.

Todo lo que existía se redujo a observarla y sentirla. Sacó una pequeña libreta, y con el pulso inquieto comenzó a inmortalizar el momento con palabras:

"No se si sabes quien soy, pero yo sí te conozco. Eres esa con la que tanto he soñado. Eres paz cuando todo es ardiente de ira y está cargado de problemas. Eres calma en cualquier tormenta de mi vida y placer cuando el sufrimiento reina. Eres casi mi amor perfecto, mi eterna victoria y recompensa. Motivo de mi locura más que reconocida tanto por mi como por los que me rodean. Porque nadie sabe cómo eres, nadie sabe lo que me haces sentir y lo que significas...
Envidio tu libertad, así como tu habilidad para desaparecer tan rápido como apareces. Eres esquiva y escurridiza, huyes cuando te sientes amenazada... pero esta vez quiero que te quedes conmigo. Quédate y haz de mi vida un lugar más tranquilo. Enséñame a ser como tú. Enséñame a ser libre y cargado de energía, que nada me pare y que me quieran como yo a ti...

Brisa, enséñame a ser brisa."

Cuando acabó, arrancó la hoja y respiró hondo. Cerró los ojos, y dejó que la hoja cayera de sus dedos al viento... Para que aquella brisa se la llevara. Al abrir los ojos, la hoja había desaparecido. Sin destinatario ni destino fijo...

... Una carta a la brisa. Una carta al viento.

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