martes, 22 de mayo de 2012

- Vamos, métete un poco más, no solamente los pies... ¡El agua está ahí para algo!
- Está muy fría, no se si debería... Hace un poco de viento, y no creo que lo más apropiado sea bañarse ahora. Además, ¿cómo me seco después? No hemos traído ninguna toalla.
- No es por refrescarte, es por cambiar de medio. Dejas de ser el de siempre para adaptarte al entorno que te rodea. Esto aplicado a la vida no es más que un cambio de aires... ¿Nunca te has sentido cansado de lo mismo, o estresado porque no cambia nada a tu alrededor? Báñate, refréscate, húndete en otro medio y cambia con lo que te rodea.
- Ni siquiera siento que lo necesite, se está bien con el aire que corre, ¿a ti no te lo parece?
- Lo que me parece a mi es que necesitas un... ¡Empujón!

* Ella lo empuja y él cae al agua *

- ¡¿Qué haces?! Mírame ahora, empapado gracias a tu idea magnífica...
- No, ahora tú eres otro. Ahora no es todo lo mismo. Ya estás en otro medio, tienes que conocerlo y adaptarte a continuación... Necesitaba decirte que es hora de que haya cambios.
- ¿Cambios? Pero si estoy bien, si no me pasa nada. No necesito cambiar, ni bañarme ni nada de nada.
- No me dice lo mismo tu mirada que se pierde cada 5 minutos, tus suspiros que no van a ningún sitio más que a perderse en el medio de todo, tus salidas en mitad de la noche hacia ningún lugar. Perdido, perdido y perdido. La perdición es la primera causa del desperdicio del resto de tu vida. Mírate, no llevas ni 5 minutos ahí y al menos me oyes y dejas que te hable de este tema, porque has estado esquivándome días y días.
- Ahora resulta que has estado espiándome... Perfecto.
- No he estado espiándote. Yo me he sentido igual muchas veces y cuando he salido a pasear espontáneamente te he visto por las calles igual que yo, perdido. Quería decirte que necesitas cambios, estímulos nuevos...
- No es eso lo que necesito. Aquí me ves, sí, en otro medio, pero no importa cuán mojado esté mi cuerpo, mi mente sigue igual de seca. Sabes, jamás comprenderé la obsesión de buscar la solución a todo, de estar colgando ambientadores en las vidas de los demás. Esa actitud es admirable, pero al igual que cualquier otra: hay que saber controlarla y dosificarla.
No haces nada si te centras en preocuparte en los demás. No haces nada más que perjudicarte a ti misma. Yo no necesito un cambio, sino todo lo contrario: llevo toda la vida buscando una felicidad perfecta que jamás encontré; ahora tengo una felicidad a medias, un trabajo duro que requiere del 100% de mis esfuerzos y que me deja tremendamente agotado. Puede ser agotador o devastador, pero mi felicidad ya está trabajada por mi. Por eso mis suspiros y mis miradas, porque el agotamiento es masivo. Pero no necesito ayuda, y te repito, tampoco necesito cambiar. Sólamente necesito lo que justamente estoy haciendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario