martes, 4 de marzo de 2014

Respuesta.

- Francamente - continuó con su respuesta el profesor - estoy aburrido de esta vida de pinturas. Porque me cansa ver imágenes cuando quiero de corazón ver personas, y maldito el cansancio que me produce una sociedad realmente ciega que se obsesiona enfermizamente con fachadas. [...] A mi me gusta sentir. Me gusta pensar y expresar lo que pienso. Adoro escuchar y compartir opiniones, gustos, palabras y gestos. Me gusta ser yo y me encanta que cualquiera lo sepa, porque esta es mi única verdad permanente: pese a todo lo que cambie en mi vida, yo seguiré siendo yo. Sigo siendo con el paso de los años el viejo "rarito" pero, para ser sinceros, me sigue encantando como el primer día en el que me titularon así. Porque si de otro aspecto esta sociedad de cloaca puede estar orgullosa, es de esa innata capacidad para juzgar prematuramente y criticar, eso sí, sólo en el sentido más estrictamente negativo del término. Para veteranos como yo este tema la verdad es que ni nos va ni nos viene. Sin embargo, pienso yo trágicamente en aquella multitud de casos de personas con esa autonomía y ese amor personal aún por desarrollar. Carne de cañón para las influencias sociales de la moda, lo "correctamente rebelde", las normas axiomáticas y demás etiquetas destinadas a la más pobre segregación. Gracias a mi ya malherido destino tengo la suerte de ser profesor, y a todos vosotros os puedo al menos hablar claro: si algo os va a identificar el día de mañana en esa gris marea de almas perdidas es vuestro corazón.

El profesor sacó de su bolsillo una cartera de cuero, y de ella una pequeña fotografía de lo que parecía ser él mismo de pequeño.

- Lo que daría yo por haber aprovechado aquellas ocasiones dignas de actuar con el corazón, y a las que, temeroso, di la espalda con el uso de mi inexperta razón. [...] Nunca dejéis que la corriente os dicte qué sentir, pequeños corazones puros. Vosotros sois el futuro que demostrará de nuevo al mundo que las fachadas se rompen con tantas mentiras colgadas. Vosotros sabréis enseñar que el corazón es lo más importante, ya sea para vivir en el planeta Tierra, o para sobrevivir en el mundo humano.

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