martes, 25 de marzo de 2014

Nada...

Nada. Qué nada. Que mi vida es mía, tan rota, tan desesperada. Tan unida a un camino que se me escapa, y conscientemente perdida es pérdida definitiva... que se mata... que me mata.

Que es nada de lo que había, y nada de lo que aun está por venir. Nada de lo que pienso que hay, nada para pensar, ni sentir, ni besar para vivir. Nada tan vacía y pobre, ausente y silenciosa.

Nada, anfitriona de llantos, culpable de tantos y tantos errores tontos que me siguen tentando. Maldita que odio... pero es nada... Es yo, mi vida y solo mía, reflejo de lo que brilló, un fuego que ya se apaga, un amor que murió entregándolo todo.

Tan fuerte que escribo palabras que gritan y no dicen nada. Palabras de hierro, pero que siempre sangran.

No hay comentarios:

Publicar un comentario